La climatología vuelve a castigar este año la cerecera en el Vale del Jerte. Las lluvias y una irregularidad térmica cada vez más frecuente la primavera auguran una campaña discreta en términos de volumen.

Según los más veteranos en el cultivo de los cerezos, 2024 no va a pasar a la Historia como uno de los mejores años para los propietarios de fincas dedicadas al cerezo, como tampoco lo va a ser para los cooperativistas ni la Agrupación que los engloba en el Valle del Jerte, que tiene su centro de producción y logística en Valdastillas.

Para el desarrollo del fruto es indispensable que la temperatura ambiental vaya en ascenso a medida que avanzan los meses de marzo y abril. Sin embargo, una vez más, la meteorología ha vuelto a jugar una mala pasada al principal motor de la economía del Valle del Jerte. La lluvia es mala aliada para el desarrollo del fruto, que absorbe un exceso de agua en su carne, lo que sumado a los importantes cambios de temperatura ya desde abril hasta finales de junio, haya hecho que la producción vaya a estar por debajo de los volúmenes medios.

Una referencia es el volumen de trabajo de la Agrupación de Cooperativas del Valle del Jerte. Hasta hoy han salido de sus líneas de selección, rumbo a las redes de distribución, aproximadamente 10.000 toneladas de cerezas. En años previos la cifra superaba las 16.000. La estimación, al cierre de la campaña, difícilmente sobrepasará las 130.000 toneladas, una cifra, según los interlocutores de la Agrupación, “regular”.

En años de mayor rendimiento, ha habido picos de entrada del fruto a la Agrupación de hasta 450 toneladas diarias, cuando esta campaña la media apenas ha superado las 100 al día.

No obstante, a pesar de las lluvias anunciadas para este fin de semana, se espera que la llegada de fruto de zonas más altas del Valle del Jerte y de las colindantes de la Vera, el optimismo hace pensar, a quienes lleva décadas entregados al cerezo, que la climatología no dañe a la cereza que aun está en proceso de maduración en las cotas más altas del Valle.

Y es que la cereza es el corazón económico del Valle del Jerte. El fruto no solo tiene una gran demanda en España; se exporta mayoritariamente a países de la Unión Europea y Reino Unido, en los que tiene una gran valoración en grandes superficies y tiendas “gourmet” de países como Francia, Alemania, Italia, Rumanía, Polonia, etc.

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